"Si pudiera borraría los amaneceres de Cuenca"

“En un camión lleno de presos a los que iban a fusilar, unos cantaban La Internacional, otros el Adiós a la vida…, mira, se me pone la piel de gallina”. Así, con la piel de gallina y con lágrimas en los ojos, Inocencia recuerda algunas de las experiencias más duras que vivió durante el franquismo.

Inocencia Martín Usano nació en Cuenca hace 81 años y es comunista.

“La gente ganaba 7 pesetas y una barra de pan fuera del racionamiento costaba 12…imagínate, no teníamos ni para una barra. El pueblo pasó mucha hambre por esta razón, porque Franco se empeñó, primero, en enriquecerse y, segundo, en castigar al pueblo”. Con voz firme y serena, pero en la que se aprecia cierto rencor, Raúl habla de su infancia, marcada por “la miseria y la pobreza que sufrió España entera”.

Raúl Puerta Sierra nació en Cuenca hace 80 años y es comunista.



Inocencia y Raúl



Inocencia y Raúl son del mismo lugar. Se conocen “desde siempre”. La familia de Raúl era de izquierdas. Inocencia pertenecía a una de las pocas familias comunistas reconocidas que había en la época. Ambas familias eran terratenientes. El padre de Raúl estuvo en la cárcel condenado a pena de muerte, la madre de Inocencia también. Ninguno de los dos fue ejecutado, después de ocho y cuatro años presos respectivamente, fueron puestos en libertad. Raúl e Inocencia dejaron el colegio poco después de que sus padres entraran en la cárcel y no volvieron más. Raúl abandonó la escuela porque tuvo que “ir de pastor” y encargarse del rebaño en ausencia de su padre. “Alguna vez, si llovía o nevaba y no podía sacar al rebaño, iba a clase, pero eso era casi nunca”. A pesar de que dejó el colegio muy pronto, con 10 años, conserva algunos recuerdos:



Con el ingreso de su madre en la prisión de Cuenca, y posteriormente en Saturrarán (País Vasco), Inocencia y su hermana se quedaron a cargo de su padre, “pero un hombre no es lo mismo que una madre”. Sin nadie que las mandara, dejaron de ir al colegio y se tomaron aquella época como unas `vacaciones´. La ideología política de su madre, a la que llamaban “la pasionaria”, produjo el rechazo de las vecinas del pueblo hacia Inocencia y su hermana: “no juguéis con las hijas de `la roja´”. Las charlas políticas que daba su madre, junto a una niñez que la acostumbró a recibir visitas de la Guardia Civil en la madrugada, contribuyeron a que Inocencia tuviera muy claro “de qué bando era”. Si le nombramos la Iglesia, Inocencia dice que “estaba con Franco” y recuerda cómo su madre le contaba que en la cárcel de Saturrarán “las monjas las buscaban a la fuerza, fueran lesbianas o no, y si te negabas, o te obligaban o te sancionaban”. Pero no son sólo experiencias ajenas las que han forjado su ideología política, también las propias:



Tras la rápida muerte de la madre de Inocencia, que salió enferma de la cárcel, Raúl y ella se fueron a Madrid en el año 52, con 23 años a buscar trabajo, cada uno por su lado, aunque ya enamorados. Inocencia se formó y trabajó como costurera, Raúl hizo la `mili´ y después comenzó en una obra, aunque pasó por varios empleos. Se veían en algunas de las reuniones secretas del partido comunista y se casaron cinco años después.

En Madrid continuaron muchos años más con su lucha política por el partido comunista, organizando reuniones y charlas, pegando carteles e intentando que el número de afiliados creciera. Hasta el año 1972. El año en el que el partido les pidió que siguieran trabajando por él, pero a partir de ahora desde Murcia.

Se instalaron en un edificio junto a la Plaza de Toros, Inocencia abrió una mercería en una calle cercana, “La Gloria”, y Raúl comenzó a trabajar en una empresa de tractores. El sueldo de Raúl se enviaba clandestinamente todos los meses a Madrid, a la sede del Partido Comunista, para ayudar con su financiación. Actuaban con mucha prudencia para no levantar sospechas. Aseguran que algunas de las cosas que los inquietaron fueron una visita de la Guardia Civil a su domicilio y el constante recuerdo de las palabras cargadas de odio que el jefe de Raúl, que era falangista, les dijo años atrás: “Ojalá pudiera borrar todos los amaneceres de Cuenca”, refiriéndose a los fusilamientos de los que no eran fieles al Régimen.

Y llegó el Sábado Santo. El 9 de abril de 1977. El día en el que el Partido Comunista se legalizó. El día en el que habían de acabar los años de sufrimiento, dolor y trabajo en la clandestinidad.

La llama más viva

Reportaje multimedia sobre las brigadas forestales de la Región de Murcia.
Brigada Forestal Alhama de Murcia




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El hombre que hablaba mucho


Erase una vez un hombre que hablaba mucho. Todo el día lo pasaba hablando. Siempre tenía algo que decir -era sociable él-. Siempre sabía en qué cosa exactamente había fallado su compañero en el último trabajo -vista de lince que tenía-. Siempre tenía algún sabio consejo que dar -no era un roñoso y compartía su sabiduría-. Siempre hablaba porque a los demás les interesaba lo que decía, aunque nadie se lo contó -es que son tímidos, pero él era muy astuto-. Los demás son unos vendidos, un poco más de ética profesional por favor: haced como yo, hay que ser honesto y con principios -y te tienes que llamar Modesto-. Decía que estaba seguro de que sería un ejemplo de buen periodista -amplitud de miras que se le llama-.

Plataforma exterminio de los justicieros.

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Está la cosa tan mal pá encontrar una mujer decentica...

Visto y oído en la línea 44 (lunes 19 enero). Conversación entre dos mujeres.

"-Pues mi Jose ya está mejor. Ahí a mi casa se ha venido y trabajando en lo suyo. Pobre hijo, es que me acuerdo y se me encoge el alma.
-Hace ya dos años,¿no?
-Sí. Pero él está trabajando mucho y parece que va mejor. Claro, si es que el que es bueno...Que mal lo pasamos, no se lo deseo a nadie. Lo que esa le hizo no tiene nombre.
-¿Está junto con alguna ya?
.No. Yo se lo digo, pero es que está la cosa tan mal pá encontrar una mujer decentica en estos tiempos...Se han subido tanto a la parra que no quieren nada más que derechos, derechos, derechos...y ninguna obligación. Anda... si saben mucho.
Y los pobres de los maridos todo el día trabajando y encima cuando llegan a la casa los ponen a hacer lo que ellas tendrían que hacer en vez de andar todo el día por ahí...
Y claro, se casan y luego se separan y los dejan a ellos desplumados. Se lo quitan todo: la casa, el coche, los hijos, el dinero...todo en lo que han estado trabajando toda su vida y encima no pueden ni replicar. Claro, así están las mujeres, que se creen las reinas del mambo. Dios quiera que mi Jose encuentre a alguna decentica y no como la que tenía antes, que vaya pieza era".




Entrevista a Georgina Cisquella en el Ucam MediaLab




Georgina Cisquella responde a las principales preguntas sobre periodismo ciudadano, televisión y publicidad

El hollín de la cocina

Desayunar acompañado de cuatro sonrisas no está nada mal. Un sofá de dos personas con cinco embatadas con calcetines por encima de los pantalones tampoco. Hacer porras sobre cuántas serán las veces en que un presentador se equivocará en la misma frase es divertido si lo haces con otras cuatro des-oficiadas. Una cervecita a media tarde con la que inexplicablemente conoces detalles íntimos es agradable y aprieta aún más el lazo. Esconderle al portero (en nuestra casa) los adornos navideños puede dar para horas y horas de risas. Fantasear sobre en qué lugar estaremos dentro de un tiempo te llena de ilusión. La despedida te llena de tristeza, pero también de felicidad por tres de esas sonrisas que empiezan nuevos caminos. Sólo queda desear suerte y que esos caminos se crucen pronto.

Entrevista a Javier Cañada en el Ucam MediaLab 2008




El sonido ambiente es muy alto. Error de cálculo.