CRÓNICAS DE UN PUEBLO (I)

En un lugar de Murcia, de cuyo nombre no quiero acordarme, se festejaban las fiestas patronales en honor a La Virgen.
Por lo que me han contado hacía un día muy bueno.
Esa tarde se iba a celebrar una romería y, como casi todas las romerías, consistía en subir a la virgen al monte. La cargaban los hombres y detrás iba el resto del pueblo, que no eran muchos.
Camino del monte, para no hacer la subida tan dura( digo yo que pensaron eso), se bebieron unos cuantos litros de cerveza, y unos cuantos litros de vino y unos cuantos tragos de anís..., no es que sea nada que la diferencie del resto de romerías. Pero en este pueblo no les gusta conducir bebidos y al llegar a la cima con la virgen en los hombros y el alcohol en la cabeza, decidieron que a
la santísima no le iba a pasar nada si la dejaban dormir esa noche allí, en el monte, total...¿para qué quiere nadie una virgen montada en un trono lleno de flores?Pues con el beneplácito del señor párroco, todos para abajo y la virgen de aventura.

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